Y se nos quedará corta también esta primavera ...
En los días sin prisas es cuando aprovecho para los balances de vida. En la calma de un desayuno de primavera repaso y acepto, aprendo y ordeno. Y entonces me doy cuenta de que, también esta primavera, se me quedará corta ...
Se me quedó corto el pasado verano para bañarme de luz de luna y dejarme llevar por tus mareas. Se nos quedaron excursiones por hacer, rincones por descubrir, bares por beber y paseos por dar. Se nos acabó el tiempo de los despertares tardíos y los anocheceres interminables. Faltaron mercadillos por abordar y torres a las que subir. Se nos quedaron cenas de estrellas en el tintero. Se nos acabó antes de tiempo la luz tenue de los atardeceres al borde del mar.
Se me quedó corto el pasado verano para bañarme de luz de luna y dejarme llevar por tus mareas. Se nos quedaron excursiones por hacer, rincones por descubrir, bares por beber y paseos por dar. Se nos acabó el tiempo de los despertares tardíos y los anocheceres interminables. Faltaron mercadillos por abordar y torres a las que subir. Se nos quedaron cenas de estrellas en el tintero. Se nos acabó antes de tiempo la luz tenue de los atardeceres al borde del mar.
Después llegó otro otoño y se nos quedó corto de tiempo para tantos
proyectos como teníamos en mente. Cuando me había empapado de verde se me volvió el mundo rojo, cuando
el rojo me invadió el alma me llené de amarillo y ocre, pero entonces tuvimos
que aprender a mirar al suelo y pasear sobre un manto de hojas secas. Se me
quedó corto el aroma a castañas asadas. Me faltaron días en los que amanecíamos
asomados a un ventanuco entre nieblas. Se me pasó en un suspiro mi cara en tu
pecho buscando calor. Me faltaron más momentos mantita, chimeneas que crujen y
desayunos en el frío de la terraza. Nos dejamos películas en blanco y negro sin
ver. Libros por leer, cuentos por escribir, lienzos que pintar, fotos por
hacer, canciones por componer, esculturas por tallar. Porque se nos acabó el
otoño sin apenas darnos cuenta.
Y sin casi aviso llega el invierno y nos llenamos de blanco. El frío de
nuestros alientos se funden bajo esa lluvia persistente de las noches largas y
los días cortos. Susurramos tiritando y planeamos escapadas. El cielo de la
ciudad se llena de bombillas. La Navidad acecha, y los niños sueñan con
triciclos y guitarras. Llegan las tardes caseras, los planes de vida, el repaso
mental a lo que hicimos y dejamos por hacer y soñamos como niños. Llega el
invierno y avanza. Avanza la vida. Y al mirarnos a los ojos se nos escapan las mismas palabras: "Se nos quedará corta
la vida"
Se me quedará corta de sonrisas, palabras, miradas, juegos, aprendizajes, viajes, insomnios, resacas, abrazos, rabietas y nostalgias. Pero qué sería de la vida si llegara un día en el que todo ya estuviera dicho, amado, conocido o aprendido .... eso, justo eso, no sería vida.
(... ...)
¡Qué bonito escribes! Ains es que hay tanto por hacer ¿verdad?, y que sigamos disfrutando aunque se nos quede corta. Un besote gordo!!
ResponderEliminarSiempre con cosas por hacer amiga, así es. Muuuuuuuuuuuak
EliminarEso es lo que deseo, que se me quede corta la vida, antes de que se me quede larga. Que todos los momentos se te hagan cortos, Hache. Cortísimos.
ResponderEliminarJuanjo, pues lo mismo para ti ... creo que es el mejor regalo de vida que podemos tener. Gracias !
ResponderEliminarHola, me encanta como escribes, esa forma poètica de ver la vida en palabras sencillas...
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