Mad World …
Todo comienza con el vuelo de una mariposa de alas naranjas.
Mi paseo, a su vez, comienza con los pies descalzos.
A lo lejos, suena un río.
Atesoro pequeños momentos para recargar mis pilas. Recojo flores. Sonrío leyendo mensajes de amor tallados en las mesas del parque, escucho y voy soltando el lastre de la semana con cada pisada.
La mariposa de esta historia se detiene sobre un corazón de madera y yo, con movimientos lentos, preparo la cámara. Embobada, trato de captar cada detalle de su vuelo. Si tengo suerte conseguiré que se pose justo en el hilo de luz que se cuela entre las ramas. Observo y sigo con la mirada cada aleteo. Sueño que yo también puedo volar y olvido por un momento las fotos. Ella, ajena a mis pensamientos, retoma el vuelo.
La mariposa de esta historia se detiene sobre un corazón de madera y yo, con movimientos lentos, preparo la cámara. Embobada, trato de captar cada detalle de su vuelo. Si tengo suerte conseguiré que se pose justo en el hilo de luz que se cuela entre las ramas. Observo y sigo con la mirada cada aleteo. Sueño que yo también puedo volar y olvido por un momento las fotos. Ella, ajena a mis pensamientos, retoma el vuelo.
A pocos metros de allí, alguien toma nota de nuestra imagen en un cuaderno de pastas desgastadas. Sus palabras hablan del baile de la mariposa al ritmo de una música imaginaria y de mi mirada perdida que ya dejó de buscar para empezar a volar.
Al otro lado del río, un pintor de aspecto cansado, aparece como cada tarde con un caballete, lienzo y óleos. Elige, con la calma de quien no es esperado en ninguna parte, un pincel despeinado. Dirige su mirada hacia el hombre que escribe, luego hacia la mesa. Duda unos segundos para después, con movimientos de director de orquesta, dejar caer una mancha naranja en medio del lienzo en blanco. Su historia acaba de comenzar.
…
Esta historia está escrita para todos aquellos que, en medio de este mundo de locos, han conseguido ver el vuelo de la mariposa.
(… …)
A veces es difícil ver pequeñas cosas. No nos damos cuenta de que esas pequeñas cosas, hacen grandes los momentos. Yo la he visto y la he visto posada en el rayo de luz...
ResponderEliminarMe alegra que la hayas visto. Y tenerte por aquí. Mil gracias!
EliminarMe encanta desconectar, perderme y disfrutar de instantes mágicos como el que describes... En el que tu calma interior aunque sea por un instante se apodera de tu mundo
ResponderEliminarQué bonito lo que escribes. Gracias Soraya. ;-)
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