Elige bien el error que vas a cometer
Había dejado de leer. Esa fue la primera señal de que algo no iba bien.
Mis respuestas adelgazaban hasta convertirse en monosílabos. Se me escapaba de las manos el poder de disfrutar de un silencio. Y ya no me molestaba ni en subir las persianas.
Tuvo que ser el insomnio quien me devolviera a la realidad. No existe la mala suerte, ni las malas rachas, ni nadie conspira contra ti. Hay días, hay momentos, hay vida esperándote para que la disfrutes. Porque cada minuto es tiempo de descuento.
Así que, vamos a dejarnos de ñoñerías, subamos hasta arriba las persianas y pensemos en crudo.
Para ser feliz, no sólo hay que saber acertar, sino elegir bien los errores que cometemos.
(... ...)
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